Etapa 31: VILLAFRANCA DEL BIERZO-O CEBREIRO 29,00 KM

Salimos el 17 de marzo del 2012, sobre las 7,45 horas, mañana nublada y fría. El albergue donde pernoctamos fue el de la Piedra, situado en la salida del pueblo. Cogemos el arcén de la carretera y en un kilómetro llegamos al río Valcarce (lo tenemos a nuestra izquierda). En unos cientos de metros llegamos a un carril peatonal, protegido por un muro que no llega al metro de altura, que avanza entre la A-6 y la N-VI.

Por este carril de peregrinos pasamos bajo varios viaducto de la A-6, antes de llegar a Pereje. Cruzamos con precaución la nacional y por la carretera de acceso, rodeado de chopos de la ribera del Valcarce, llegamos así a la primera población Pereje. La atravesamos y retomamos el carril de peregrino para seguir la etapa. Un kilómetro y medio más adelante nos encontramos con el área de descanso de Trabadelo y un kilómetro más arriba cruzamos de nuevo la nacional VI, para tomar el desvío a esta población. Flanqueado de nuevo por el bosque de la ribera del Valcarce, con soberbios castaños, llegamos a Trabadelo, es el kilómetro diez de la etapa. Nos empieza a llover.

Salimos del pueblo, cogemos una pista asfaltada que en poco más de quince minutos nos lleva a la siguiente población La Portela de Valcarce.

A unos trescientos metros de la salida del pueblo y siempre en compañía de la nacional VI, tomamos el desvío hacia Ambasmestas, donde confluye los ríos Balboa y Valcarce, atravesamos el pueblo y en diez minutos  llegamos a Vega de Valcarce, donde destaca la iglesia de la Magdalena, es el kilómetro dieciseis y medio. En dos kilómetros llegamos a la siguiente población Ruitelan.

Salimos del pueblo y empieza la subida paulatinamente, es un pequeño aperitivo de lo que nos tiene que llegar. La siguiente población es La Herrerías. Antes de llegar tenemos que cruzar el río Valcarce por un puente de piedra. Cruzamos La Herrerías para llegar hasta el barrio de Hospital (antiguo hospital para peregrinos ingleses), estamos a 687,00 metros de altura.  Al abandonar este conjunto de casas comienza la verdadera subida a O Cebreiro.

Un duro repecho por asfalto, como salido de la nada, de casi un kilómetro nos vuelve loco, es como si todo lo andado anteriormente hubiese sido en coche. ¡Que barbaridad¡, pero esto no es nada para lo que se nos viene encina. Sobraba la mochila e incluso la gorra que teníamos puesta. En esos momentos piensa si merece la pena haber llegado hasta aquí, fue un momento difícil. Los peregrinos tenemos dos opciones al llegar al kilómetro veintidós de la etapa.

La primera es seguir por carretera como lo hacen los ciclistas y la segunda es seguir el camino primitivo con bajadas y subidas, sobre todo subidas, (que mataero). Bueno, hemos descansado un poco, vamos a seguir con la etapa.

Ya en la senda, la subida nos da un breve respiro hasta cruzar el arroyo de Refoxo y nos atiza de nuevo por una calzada sombría que asciende duramente bajo la lluvia y el dosel de las hojas caducas de castaños y robles. Casi no podemos deleitarnos con el paisaje que tenemos a nuestros pies. Este escenario nos lleva hasta La Faba, donde nos paramos para tomarnos una Coca Cola (perdón por la propaganda) . Después de salir del pueblo, vamos abandonando la umbría para salir a un terreno abierto de pastizales con vistas a los bosques atlánticos. En un tiempo que no pude cronometrar,  llegamos al ultimo pueblo de la provincia de León,  Laguna de Castilla.

Unos setecientos metros más arriba de Laguna de Castilla, aparece el primer mojón jacobeo con señalización de distancias. Estamos a 152,50 kilómetros de Santiago de Compostela. Por fin pisamos Galicia y en concreto la provincia de Lugo. Muy fatigado solventamos el ultimo kilómetro hasta llegar a la iglesia prerrománica de Santa María la Real, que da la bienvenida a O Cebreiro, estamos a 1296,00 metros de altura, hemos subido 609,00 metros en poco más de siete kilómetros. El albergue se encuentra al otro extremo de esta parroquia. Llegamos al albergue sobre las 13,30 horas, donde sellamos la credencial. La etapa reina había concluido con cansancio y algunas dudas que fueron disipadas en unas horas.